Al igual es una creencia basada en nada, pero siempre he creído que los cambios de década coinciden con cambios en las tendencias musicales. No me preguntéis el porqué, pero en los años que acaban en 8 y 9, llegan cosas que preconizan cambios, aunque este chico de Ohio lo hiciese de manera premonitoria en uno que acababa en 3...
Casualmente en 2013 me llegó "Valley of a Dying Breed". Un disco difícil de encajar entre escuchas de cowboys sonando a Sam Cooke..., porque LEE GALAGHER y su banda los HALLELUJAH, sonaban a un híbrido entre los ácidos sonidos de la Costa Pacífico que encontré en el Workingman's Dead, y la parte más psico-acústica de los Zepp en su tercera entrega.
Peregrinó a San Francisco para dar el mejor de los hogares a su estilo de entender la música, porque es ahí donde mejor justifica su razón de existir. No nos olvidemos que en las colinas de Los Ángeles habita el fantasma de Gram Parsons, que fue seguro el que hizo que coincidiera con la enorme Victoria Williams, para hacer aquel tremendo REDONDO Y CON AGUJERO, que tanto Joshua Tree tenía dentro.
Pero hoy me centro en su disco de 2020, cuando su música y su banda, ya habían buscado el mejor de los acomodos entre otros tantos que andaban en su misma dirección. L.A. Yesterday fue el perfecto compañero de baile para los discos de Israel Nash, o de Jonathan Wilson. Gente que por otro lado, también supieron adelantarse a los tiempos apostando por un factor diferenciador entre tanto estereotipo pre-planificado.
Lee tiene una voz hiriente. Una voz que se clavará en tu mente como un alfiler. Una voz que da rienda suelta a todos esos sonidos que evocan a un mismo tiempo a Laurel Canyon, y a Tennessee, donde por cierto, acabó viviendo...
Gallagher conoció al que seguramente fue el músico que definió su concepto de sonido: Kirby Hammel, el teclista que dio forma a la banda que lo arropa: The Hallelujah. Hammel buscó a Jimmy Dewald al bajo, a Jason Soda en las guitarras, y a Pink Mountaintops en la batería, para conseguir el potencial capaz de entrar en pasajes instrumentales de primer nivel, al mismo tiempo que saber organizar el decorado perfecto, que acolche los paisajes sonoros que dibuja la garganta de Lee Gallagher.
L.A. supuso un avance muy importante con respecto a su anterior trabajo. La cuidadísima producción, con esa manera de mezclar teclados, guitarras, slides, mandolinas, y coros, fue un enorme paso de gigante a la hora de definir unos sonidos, que ahora nos resultan familiares, pero que pasaron muchos muchos años en la sombra.
Los 10 temas que componen L.A. Yesterday, tienen un nexo común: la duración contenida. Los 10 se mantienen en la barrera de los 4 minutos, porque las exigencias del estudio impiden dar rienda suelta a una banda pidiendo a gritos que la dejen improvisar.
Goodnigth Sweet Maria es un tema de estructura neilyouniana, que reclama a todas luces ese solo de guitarra que se prolongue hasta reventar nuestra estancia. Al igual que Astral Plane Blues, que pide a grito pelao..., 5 minutos más de duración para que una pletórica banda nos muestre durante ese tiempo extra, la excelencia reunida en torno a un líder rebosante de talento.
Su siguiente y último trabajo: The Falcon ate the Flower (2023), está menos encorsetado, y ya tenemos ese disco de estudio, dejando volar a los Hallelujah, entre temas que superan los 6 minutos de duración. Gracias Lee, por acceder a mis más humildes peticiones...
Un disco que me llevó a ahondar firmemente en la carrera de un músico que sin hacer ruido, se colocó como principal valedor para ayudarme a transitar entre décadas, y entre estilos. Su música rebosa espiritualidad, al mismo tiempo que funde a la perfección voces, y música, restaurando mi fe en aquellos músicos de siempre, que han sabido traerme hasta aquí.
L.A. YESTERDAY reposa en mi balda de discos que permanecen eternamente iluminados por una vela. Discos que incomprensiblemente pasan desapercibidos para muchos de los mejores aficionados al genero, encerrando dentro de ellos, esas pequeñas-grandes cosas capaces de colmar al más exigente de los melómanos premium.
Ahora que la perspectiva del tiempo me da parte de razón.., sólo decir, que al igual que ciertamente los cambios de década coinciden con cambios en los sonidos imperantes, también va a ser bueno que prestemos atención a esos "renglones torcidos de Dios", porque ellos son los propietarios de esa bola de cristal que nos permite ver el futuro...UN BESO.
REDONDO Y CON AGUJERO: escucho un disco y lo cuento...
Lo cuento a mi manera, como lo siento, como lo interpreto...
Un disco que haya escuchado en los últimos días, y que me resulte atractivo para compartirlo con los que seguro sois los mejores opinadores de música del mundo.
No pretendo sentar cátedra, ni que mi blog sea la Wikipedia de la música..., tan sólo el relato de un disco, a través de las orejas de un tarado mental...
Gracias José. Disfruté mucho de su The Falcon Ate The Flower gracias a tu selección entre los mejores de 2023. A por el...
ResponderEliminarUn músico muy especial. Falcon es el proyecto perfecto, pero LA, es el que tiene los temas más emblemáticos. Me encanta este disco
EliminarComo te echaba de menos tus discos porque tu los haces tuyos son gloria bendita si vienes por mi pueblo ya te echare un baile chao
ResponderEliminarMuchisisisimas gracias por esa apreciación. Ahora lo que necesito es que os identifiqueis por que apareceis como anonimos, y quiero teneros controlados! Un abrazo, y preparate...!
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